Por David Alomoto
El delantero ecuatoriano Felipe Caicedo, cuyo contrato con Barcelona SC finaliza a fines de 2025, rompió el silencio sobre su futuro y una posible renovación para la próxima temporada. El experimentado atacante de 37 años fue consultado directamente sobre si ya existen conversaciones con la directiva del 'Ídolo del Astillero' para extender su vínculo, a lo que respondió con un contundente y escueto "No".
La incertidumbre sobre su continuidad se mantiene, ya que al ser preguntado sobre si desea quedarse en el club 'torero' para 2026, Caicedo manifestó: "No sé. Quiero ver cómo terminan estos ocho partidos". Esta respuesta refleja una posición de cautela y de evaluación personal, ligada directamente al rendimiento que pueda mostrar en la recta final de la temporada. Su contrato actual se firmó a inicios de 2025 y termina en diciembre de ese año.
El delantero ecuatoriano explicó que su decisión no es sencilla, ya que entran en juego factores emocionales y físicos. "El corazón me pide una cosa, y el cuerpo otra", confesó. Esta dualidad evidencia el profundo afecto que siente por el club, un "sueño" personal, frente a la realidad de su estado físico y la exigencia del alto rendimiento, algo que ha sido un obstáculo recurrente en la temporada.
Caicedo también hizo una autocrítica sobre su desempeño desde su llegada al equipo amarillo, reconociendo las dificultades que ha enfrentado. "Hay que ser conscientes, yo ya tengo una edad, no inicié bien... Me ha costado, pero lo sabía. Cuando algo inicia mal, al final tiene las consecuencias", señaló, aludiendo a problemas de preparación física que derivaron en lesiones y falta de regularidad.
El atacante admitió sentir una gran frustración por no haber podido contribuir al equipo en la medida de sus expectativas, especialmente porque llegó con el objetivo de ser campeón, algo que no se ha concretado. Esta falta de rendimiento esperado, junto a la inactividad de casi año y medio previa a su fichaje y una preparación no coordinada, son los aspectos que ahora lo obligan a meditar seriamente su futuro.
A pesar de su respuesta negativa sobre las conversaciones de renovación y las dudas sobre su permanencia, Caicedo no cerró completamente la puerta. "Vamos a ver cómo termino estos ocho partidos. Pero no descarto seguir, al final mi sueño siempre ha sido jugar en Barcelona", concluyó. La última palabra sobre si el corazón ganará al cuerpo o si optará por el retiro, la tendrá él mismo una vez finalice su contrato.
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