Por David Alomoto
La reciente planificación deportiva del Barcelona SC bajo la dirección técnica de Ismael Rescalvo ha generado controversia y debate entre la hinchada, especialmente por los perfiles de los futbolistas que el entrenador español ha solicitado como refuerzos. Se ha calificado esta búsqueda como un interés por fichajes de corte "chimichurri" —un término coloquial que sugiere una predilección por jugadores de rendimiento modesto, sin el brillo de grandes estrellas— en lugar de apostar por nombres de mayor impacto o experiencia.
Los dos nombres que han acaparado la atención y que, según reportes de varios medios de comunicación de Guayaquil, Rescalvo habría pedido específicamente, son Frangoy Zambrano y Orlin Quiñónez. Ambos jugadores provienen de Libertad FC de Loja, un club modesto de la LigaPro, lo que automáticamente despierta la suspicacia de los aficionados que esperan refuerzos de la más alta calidad para el equipo más grande del país.
La intención detrás de esta petición parece ser clara: buscar jugadores jóvenes con potencial y que ya conozcan el rigor del fútbol ecuatoriano, siguiendo una línea de fichajes de menor riesgo económico, pero de un rendimiento probado en un contexto menos exigente que el de Barcelona. Frangoy Zambrano (se menciona su costo en rumores de $800 mil) y Orlin Quiñónez (cuyo valor se rumorea en $250 mil) representan una inversión de bajo perfil, pero que suma la considerable cantidad de un millón de dólares por dos talentos emergentes.
No obstante, esta estrategia choca frontalmente con la exigencia histórica del barcelonismo, acostumbrado a los "fichajes bomba" y a la incorporación de figuras con trayectoria comprobada. La percepción de que la dirigencia y el cuerpo técnico se enfocan en desmantelar un equipo pequeño como Libertad, gastando una suma significativa en jugadores aún por consolidarse, alimenta la crítica de que el Barcelona SC no está a la altura de las expectativas para competir por títulos importantes a corto plazo.
La polémica del "fichaje chimichurri" con jugadores de Libertad de Loja no se centra en la calidad individual de Zambrano y Quiñónez, sino en la filosofía de fichajes de Rescalvo. El técnico prioriza el conocimiento táctico y la adaptabilidad rápida al esquema, mientras la hinchada demanda el impacto inmediato de jugadores de renombre que puedan suplir las carencias del equipo sin un periodo de adaptación.
La solicitud de Frangoy Zambrano y Orlin Quiñónez es un reflejo de la visión de Ismael Rescalvo para Barcelona SC, una visión que busca construir con bases más modestas y costo-eficientes, aunque arriesgando el descontento de la afición. El éxito o fracaso de esta apuesta por el talento de Libertad de Loja será la vara con la que se medirá la gestión del estratega español en el 'Ídolo' en las próximas temporadas.
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